La Agricultura Urbana Participativa tiene como objetivo promover la autoproducción orgánica de base agroecológica de alimentos, la justicia social, climática y de género, el consumo responsable, fortalecer el vínculo urbano – rural, así como generar una mayor resiliencia y sostenibilidad para Quito, desde la construcción de vecindarios alimentarios saludables.
La intervención se focaliza en las zonas de mayor pobreza y desnutrición crónica infantil de Quito, con la participación de más de 4.500 agricultores cada año, en su mayoría mujeres jefas de hogar (84%). El proyecto atiende también a centros infantiles, escuelas, colegios, grupos de adultos mayores, centros de atención a personas con discapacidad, centros de recuperación de adicciones, centros de rehabilitación social, centros de acogida a niños, mujeres, migrantes, subcentros de salud y en general a todos quienes desean cultivar su propio alimento, aprovechando los espacios vacantes públicos o privados.